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¿Cuál es el origen de la electricidad en España?

Estás preparad@ para aprender un poco más sobre la electricidad…¿pero esta vez desde un punto de vista histórico? Vamos, alimenta ese lado curioso de ti, te aseguramos de que no te vas a arrepentir :)

En este artículo un tanto especial vamos a realizar un breve recorrido por la historia para descubrir el origen de la electricidad en España, sus características y por las primeras compañías eléctricas que aparecieron en el país. Además, aprenderás qué es la electricidad y sus principales características.

¿List@? ¡Empezamos!


Qué es la electricidad

Desde el punto de vista físico, la electricidad es el flujo de energía que va de un punto a otro y que es provocado por el movimiento de cargas positivas y negativas (o electrones positivos y negativos). Este movimiento, mediante la interacción con los átomos de un material conductor, se transporta en su interior.


Características de la electricidad

Algunas características básicas de la electricidad son:

  • En realidad ni se crea ni se destruye, sólo se transforma
  • No huele
  • No se oye (cuando “escuchamos” electricidad es, en realidad un sonido de la red eléctrica que la transporta, causada por los campos magnéticos)
  • Es limpia en el lugar donde se consume
  • Puede generar movimiento, frío, calor o poner en marcha dispositivos eléctricos
  • Puede transportarse


Inicios de la electricidad en España

La historia del origen de la electricidad en España se remonta a finales del siglo XIX, concretamente al año 1852, que es cuando se tiene constancia de la primera referencia en la prensa. Fue el farmacéutico Francisco Domenech, que consiguió iluminar su botica con energía eléctrica después de años de investigación. Ese mismo año, en Madrid se consiguió iluminar el Congreso de los Diputados y la plaza de la Armería en unas pruebas realizadas mediante una pila galvánica (una pila similar a las que usamos a día de hoy).

Pero no es hasta 1875 que se consigue iluminar lugares emblemáticos de Barcelona como el Castillo de Montjuic, las Ramblas o la Boquería. Un año más tarde se constituye en Barcelona la Sociedad Española de Electricidad, considerada la primera compañía eléctrica de España, dando paso a lo que se considera el inicio del proceso de electrificación en el país. Es durante ese mismo año que se empieza a construir la primera central eléctrica y, para finales de la década, la electricidad empieza a vivir un auge bastante importante.

Inicialmente fueron fábricas y establecimientos quienes la adoptaron rápidamente, y en 1881 el pueblo de Comillas (Cantabria) instauró un sistema de alumbrado público con 30 farolillos para dar la bienvenida al rey Alfonso XII, que visitaba la localidad, considerándose la primera localidad española que dispuso de luz en sus calles. Pocos años después, en 1886, se inauguró la primera red de alumbrado público en Gerona.

A partir de esa década, la electricidad fue apoderándose de las calles de pueblos y ciudades, cosa que hizo que a principios del siglo XX aparecieran las primeras grandes compañías eléctricas.

Ha llovido mucho desde esa primera transición. Actualmente, nos vemos inmersos en otra: la transición hacia las energías renovables.

Primeras compañías eléctricas en España

Desde la constitución de la Sociedad Española de Electricidad y la aparición de las primeras bases jurídico-administrativas para regular la electricidad, varias empresas eléctricas fueron emergiendo en España. Algunas de ellas fueron la Compañía Sevillana de Electricidad, fundada en 1894 (que dos años después ya contaría con 484 abonados), ERZ (Eléctricas Reunidas de Zaragoza) constituida en 1901, dedicada a la generación, distribución y comercialización eléctrica en gran parte de Aragón o la Hidroeléctrica del Guadiaro, que en 1906 instaló la central hidroeléctrica de El Corchado en Málaga.

La electricidad llegó a España en 1852, pero no fue hasta 1886 que llegó la primera red de alumbrado público


¿De dónde provenía la energía eléctrica en sus inicios en España?

En 1901 fue publicada una estadística oficial que informaba de que, en esos momentos, existían 859 centrales eléctricas. El 61% de la producción de energía era térmica, mientras que el resto era hidráulica.

Sin embargo, la aparición de la corriente alterna a principios del siglo XX cambió las reglas por completo, ya que con ella se abría la posibilidad de transportar electricidad a grandes distancias. Eso hizo que para el año 1929, el 81% de la electricidad ya era generada a través de esa fuente, gracias en gran medida al importante desarrollo de centrales hidroeléctricas en toda España.

En décadas posteriores fueron entrando en juego opciones menos renovables debido al crecimiento a pasos agigantados de la demanda eléctrica que hizo que, por ejemplo, en la década de 1970 ya sólo un 50% de la producción de electricidad proviniera de fuentes hidráulicas y entraran en juego las centrales nucleares y el gasoil.


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